GOTA Y PENSAR. (Segunda semana. Capítulo III)
Martes
I.
Continúo con el
trabajo de observación del pensar esta semana. En la experiencia de hoy surgen
muchas preguntas.
-¿Qué es
observar?
-¿Quién soy “yo
mismo como ser pensante”?
Al principio he
tomado conciencia de la voluntad de decisión mediante la cual te sitúas en la
puerta de la experiencia del pensar. Tiene una serie de características:
1. Firmeza. Es
una voluntad firme, aunque no dura.
2.
Concentración. Es una voluntad que se pone ante algo y deja fuera otros
“algos”, es decir, se concentra en un punto.
3. Abierta.
Aunque parezca paradójico. Se pone ante algo abiertamente, como un vaso,
dispuesta a escucharlo en silencio.
Si no se
cumplen estas tres condiciones de la voluntad durante todo el ejercicio no es
posible observar el pensar; lo manipulamos personalmente.
El cuerpo
cambia. Vivencio movimiento en la frente y muy especialmente en el corazón.
Toda la corporalidad se ablanda. No es que se haga flácida, más bien se torna
como fluida, cartilaginosa.
El sentimiento
es de amplitud y de entusiasmo. También de paz. Cuando la voluntad se disipa, o
bien se cierra y deja de escuchar la palabra, cuerpo y sentir también se
cierran y vivencio ansia, prisa y la sensación de estar fuera de mi misma.
II.
En la voluntad
creada deposito la palabra: Gota. Veo que soy yo quien lo hago. Sin embargo,
ese “yo” que deposita la palabra es diferente de aquel que está generando la
voluntad descrita. Este viene como de abajo hacia arriba y del interior al
exterior. El yo que deposita la palabra en el vaso de una voluntad vacía viene
desde fuera hacia dentro y desde arriba hacia abajo.
Una vez aquí
comienzo a observar la palabra. Descubro gestos en sus sílabas y en sus letras
Go: se
concentra mucho hacia dentro.
T: desde esa
concentración se expande un poco. Vibra. Después una frontera con otra cosa que
viene de fuera.
A: apertura que
viene en dirección inversa a la T y contiene su expansión.
Al observar la
palabra, veo también colores.
Go es azul
oscuro, muy oscuro hacia su centro…la T se abre hacia un azul cielo, con su
vibrátil halo blanco. La A es un azul entre ambos, y se expande hacia atrás
convirtiéndose en un rojo y luego en un naranja muy delicados.
III
Me doy cuenta
de que me he sumergido enteramente en la palabra y durante ese tiempo he
observado los aconteceres descritos del mismo modo que podría observar un
acontecer en la naturaleza, en la ciudad… pero no me he observado a mi misma.
Al recordar veo que yo misma era ese
suceder, en ese momento todo mi contenido era ese suceder. Me pregunto que
implicaciones tiene esto. Volviendo al texto me parece que tiene relación con
la frase “doy a mi existencia el contenido, basado en si mismo, de la actividad
pensante”. Lo observado se basaba en sí mismo. Yo he puesto el vaso de una
voluntad vacía y también la actividad de la mirada, pero la fuerza motriz era
del propio fenómeno.
Luego el texto
sigue “Yo mismo como ser pensante, un objeto cuyo sentido de existencia pueda
crear a partir de sí mismo.” Esta parte que me resultaba tan enigmática me
resulta tras la experiencia aún más enigmática.
¿Significa esto que cuando creo el
sentido de mi existencia a partir de mi mismo (cuando ejerzo de ser pensante)
ese “mi mismo” es otro?
¿Otro que es el contenido de la actividad pensante, que tiene su propia vida?
¿Qué significa entonces ser “yo mismo”? ¿Ser otro que se manifiesta en mí?
IV
Repito la
experiencia.
Esta vez quiero
tratar de observar con más profundidad eso que siempre se me oculta (a saber,
el pensar) pues me quedo observando los contenidos que genera.
Vuelvo a crear
la voluntad y a depositar la palabra en su centro. Se repiten movimientos y
sentimientos.
Ahora escucho
la palabra completa. Hay un ritmo exacto en su pronunciación. Vibra. Intento
verme a mi misma hacer todo eso, ese sumergirme en la palabra mirando como me
sumerjo. Siento un calor suave en mi cara…como
si tuviese delante otra cara que fuese la mía propia.
Veo penetrar
entonces la palabra en ese interior silencioso que he generado. No. No es la
palabra. Es el verbo: la fuerza que trae
y mueve la palabra. Es un rayo de luz, como una espada que entra desde la
parte superior de la cabeza y llega hasta el corazón. No lo traigo yo. Viene.
Sólo lo veo cuando me observo de este modo.
El sentimiento
es diferente al de la experiencia anterior. El sentimiento que tenía al estar
dentro de la palabra era dulce, suave, tierno. También contenía sorpresa,
devoción, silencio, una suerte de abrazo, una luz como se ve tras la neblina de
otoño.
Ahora el sentimiento
es vertical, denso, tiene una gran serenidad muy concentrada y firme. Tengo la
sensación de que algo habla con gran fuego
e intensidad desde esa fuerza, pero permanece tan silenciosa esa palabra
que no puedo reproducirla. Es más bien
como si me diese forma.
V.
Con esta
segunda experiencia vuelvo al texto y a las preguntas iniciales. ¿Qué es
observar? ¿Qué significa “yo mismo como ser pensante”?
En ambos casos
he observado. En ambos casos he observado un acontecer interior y algo de mi
misma…más ¿qué es observar el pensar? Esta pregunta sigue latiendo.
He vivenciado
dos “yoes” completamente diferentes, si bien relacionados, en las dos
experiencias. He dado a mi existencia de ese momento dos contenidos
completamente diferentes, y esto ha sucedido porque me he situado en dos puntos
diferentes para observar la actividad interior. ¿Acaso “yo mismo como ser pensante” no es ningún yo fijo, sino un ser
en permanente cambio y movimiento según los puntos de vista desde los que
observa el pensar?
Miércoles.
Voluntad
Vaciada I
Hay una
antesala de aceptación y de silencio. Como aquellos umbrales lisos y
acolumnados de los palacios. Sólo se te pide una cosa, dejar atrás el tiempo.
El tiempo, que
está dentro, se va transformando. Como si grandes olas se aquietasen al llegar
a la orilla y formando una superficie lisa en un remanso. La respiración
también se aquieta y se abre un espcio en el pecho.
Esta es la
“condición previa del pensamiento”, entrar en esa quietud. Algo dentro te
pregunta ¿aceptas esta quietud? ¿aceptas abandonar las cadenas del tiempo?
Siento que necesito una inmensa confianza. También algo dentro de mi dice
“Confía. Si abandonas el tiempo, el Tiempo volverá a ti”
Jueves
Te doy un sí
ciego.
Al remoto
vacío,
sí.
Decir sí es decirse sí a uno mismo. En el paso anterior vivencié una opresión, algo que venía de fuera hacia dentro, en apariencia no decidido por mi. El sí es ciego, es al vacío, a la necesidad. Entonces ves que eres tu mismo viniendo a ti desde fuera. Te has ganado.
Se abre un
espacio detrás de la cabeza y en el corazón. Esto es lo que acompaña al sí. El
sentimiento es de una gran alegría.
Deposito la
palabra GOTA. Go-ta…Go-ta…hay algo musical en su venir. Me adormezco en ese
gota a gota y estoy fuera otra vez. Vuelvo a entrar y comprendo lo que
significa sostener el pensar: es atender al suceder del pensar, una atención
que mira como se mueve ese hilo que enlaza los pensamientos. Si no lo miro, el
hilo se pierde. El hilo traza sus propios movimientos, pero necesita la mirada atenta
de mi corazón para moverse.
Viernes
Voluntad
Vaciada II
¿Qué es la vida
en este acontecer? Me parece algo completamente distinto a lo que he conocido…
¿cómo me transformo yo en este acontecer?
Jovina
XII.2012